La A de Argenterie d’Antan cobra todo su sentido cuando volvemos a sumergirnos en el París del siglo XVIII en el que los recaudadores estampaban la A coronada (contraste correspondiente al impuesto en París) en las piezas de orfebrería durante su fabricación. El orfebre se comprometía a llevar el objeto una vez terminado para pagar el impuesto estatal sobre los metales preciosos.